lunes, abril 25, 2016

Pegaso


Originalmente, Adamo Boari proyectó colocar los cuatro pegasos en el interior del Palacio de Bellas Artes, en los cubos que rematan el escenario, pero a causa del retraso en el desarrollo de la construcción, primero por problemas presupuestales y técnicos, y después por el movimiento revolucionario, abandonó su “elefante blanco” volviendo a Italia en 1916, habiendo concluido únicamente casi todo el exterior.
Los Pegasos alegóricos al género lírico y al arte dramático, fueron traídos desde España y realizados en bronce por el catalán Agustín Querol y Subirat; se dice que en efecto, alcanzaron a ser colocados en el sitio donde se planeo desde el principio, pero sólo por un breve tiempo, ya que durante los años veinte permanecieron en cada una de las esquinas de la Plaza de la Constitución, como se puede apreciar en imágenes que hay en la red de lo que hoy es nuestro Zócalo capitalino.
Fue el arquitecto Federico Mariscal, encargado de concluir el Palacio de Bellas Artes en 1934, quien los reubico en la explanada frontal en nuevos pedestales, y desde entonces sólo se mueven cuando la tierra tiembla, como si quisieran huir al cielo.

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